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Plan Bahía evalúa junto a representantes de organizaciones ambientales los retos para la conservación del estuario

por | 23 Feb, 2024 | PCM, Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia | 0 Comentarios

Restaurar hábitats degradados, implementar medidas para gestionar la contaminación o desarrollar estrategias de control y erradicación de especies invasoras son algunas de las soluciones para garantizar la salud y sostenibilidad de los recursos naturales de la Bahía de Santander

El Plan Bahía ha analizado las claves en torno a la conservación en la Bahía de Santander y los desafíos asociados a la protección de su riqueza natural y sostenibilidad a largo plazo. Representantes de diferentes colectivos involucrados en la protección medioambiental de Cantabria han participado en una mesa de trabajo en la que se han identificado las principales problemáticas y se han propuesto diversas medidas para garantizar la preservación de este importante ecosistema. 

Uno de los retos principales se centra en la protección de los hábitats y especies que habitan el estuario y que se enfrentan al crecimiento urbanístico, la contaminación y los efectos del cambio climático, factores que provocan su degradación y ponen en riesgo la supervivencia de especies locales. 

Además, los efectos del cambio climático asociados al aumento del nivel del mar y la alteración de los patrones climáticos están afectando a la biodiversidad y estabilidad de los ecosistemas. La calidad y dinámica del agua para garantizar la salud de los ecosistemas marinos y las actividades humanas o el control de las especies invasoras, cuya presencia altera los equilibrios ecológicos y afecta negativamente a la diversidad, representan otros desafíos destacados. 

En la sesión de trabajo se han propuesto diversas soluciones como la restauración de hábitats naturales degradados -como la marisma del Conde, en la ría Cubas-, la implementación de medidas de gestión de la contaminación o el desarrollo de estrategias de control y erradicación de especies invasoras (chilca, plumero, Oenothera, Carpobrotus… ) así como promover prácticas de jardinería y urbanismo sostenibles que eviten su propagación.

Elementos singulares para la conservación  

Durante la sesión de trabajo, los participantes han identificado y evaluado los elementos naturales singulares y críticos para la conservación en la Bahía de Santander y han señalado los factores de amenaza asociados a cada uno de ellos. 

Los hábitats de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Dunas del Puntal y Estuario del Miera, junto con el Monte Arna, son esenciales para la biodiversidad y se enfrentan a diversos desafíos, como el aumento del nivel del mar o la erosión (que ha supuesto una importante pérdida del volumen de arena del sistema Somo-Loredo) o la urbanización y el turismo masivo en verano (que generan presión sobre estas áreas).

Los páramos intermareales, especialmente el área comprendida entre Pedreña y Pedrosa, son zonas de alto valor ecológico, fundamentales para el recurso marisquero y la alimentación de aves limícolas. 

Las lagunas costeras de Alday, Marismas Blancas y Negras, Engoa y Pozonas de San Román son claves para la conservación de hábitats y avifauna y están afectadas por rellenos y especies invasoras. Y especial interés requiere la conservación de las islas de la Bahía: Ratones, Hierba, La Campanuca, La Torre, Mouro y Santa Marina, que presentan especies invasoras y suelos sellados por antiguas construcciones. 

En cuanto a la calidad y dinámica del agua en la Bahía, se ve comprometida por vertidos difusos y rellenos que alteran su hidrodinámica. Los participantes también han destacado la importancia de la deficiente calidad sedimentaria de las rías interiores y la zona de Raos.

Las zonas inundables, caracterizadas por antiguas concesiones a menudo en desuso, reflejan un desafío significativo en la conservación de la Bahía de Santander. En este contexto, la consolidación urbana y la impermeabilización del suelo amenazan su integridad ecológica y favorecen la aparición de otros problemas asociados, como las inundaciones pluviales.

En cuanto a la biodiversidad de la Bahía, hay áreas singulares como el sistema dunar relicto de la playa de Bikinis y el intermareal rocoso de la Magdalena en riesgo debido al desarrollo urbanístico y la presencia de especies invasoras. 

Las praderas de fanerógamas marinas (plantas acuáticas que producen flores y semillas) y las comunidades de marismas, especialmente aquellas que albergan especies como la Salicornia o el Halimione, son elementos vitales para la biodiversidad, si bien estas últimas son escasas en el estuario debido al relleno de las superficies intermareales. Los asistentes han hecho hincapié en las presiones que afectan al entorno de la desembocadura de la ría de Cubas, donde el aumento del uso de motos de agua, la presencia de especies invasoras y los proyectos de atraques amenazan la integridad de estos ecosistemas costeros. 

Las rías interiores de El Carmen, Tijero y Solía también son elementos claves para la conservación y presentan desafíos, al igual que la zona de La Maruca y Costa Quebrada, donde los participantes han puesto de relieve la problemática relacionada con el funcionamiento de la depuradora de San Román, la cual ocasiona diversas perturbaciones en el entorno.

Actuaciones de restauración y conservación 

Una de las principales medidas propuestas es la recuperación de antiguas concesiones en la Bahía. Son espacios que a veces se encuentran en desuso, están rellenos o cerrados con diques, lo que afecta a la hidrodinámica del sistema y la calidad del agua. Su restauración puede contribuir a la mejora del entorno marino y la conservación de los ecosistemas costeros. Los participantes han señalado como zonas prioritarias para ello la Marisma del Conde y la antigua cantera situada en el núcleo de Pontejos, frente a la isla de La Campanuca.

Además, se plantea definir criterios y estándares de restauración ambiental en el medio litoral para evitar posibles conflictos derivados de la recuperación de rellenos en la zona costera. 

Otras actuaciones son ordenar el uso de embarcaciones de recreo, especialmente las motos de agua, regular el uso y paso humano en el sistema dunar de Somo mediante el mantenimiento de las pasarelas de madera, y controlar el acceso de vehículos y pernoctaciones en las zonas costeras.

La restauración de las islas -hábitats importantes para la fauna y flora locales- es otra de las medidas prioritarias para conservar el valor paisajístico y ecológico de la Bahía.

Soluciones para una gestión integrada

Las conclusiones alcanzadas en la Mesa de Trabajo de Conservación, junto con las que se obtengan en otras sesiones de trabajo, serán un componente esencial para la elaboración del Diagnóstico Integrado de la Bahía de Santander. Esta evaluación, que incluirá también análisis técnicos exhaustivos, constituirá la piedra angular para desarrollar la propuesta de soluciones que aborden los desafíos identificados en la conservación y gestión sostenible del estuario. 

El ‘Plan Bahía’ es un proyecto de investigación coordinado por el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria) y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Gobierno de Cantabria, a través del Programa de Ciencias Marinas. Su objetivo es redactar el Plan de Gestión Integrada de la Bahía de Santander, que establecerá los mecanismos de colaboración y las medidas a implementar para que las instituciones que forman la Mesa de la Bahía puedan abordar las futuras actuaciones a desarrollar en el marco de un Plan Integral para la Gestión de la Bahía.

 

Este estudio forma parte del programa ThinkInAzul, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación con fondos de la Unión Europea NextGenerationEU (PRTR-C17.I1) y por la Comunidad Autónoma de Cantabria.