El Plan Bahía analiza los retos a los que se enfrentan los profesionales de la pesca y el marisqueo
La recuperación de las antiguas zonas de marisma, controlar el furtivismo y la pesca recreativa, fortalecer la vigilancia de la calidad del agua o el fomento de medidas para revertir la sedimentación de la arena en algunas zonas son algunas propuestas que el sector plantea para garantizar la actividad y favorecer la conservación del estuario.
El Plan Bahía ha abordado los principales desafíos relacionados con la pesca y el marisqueo en la bahía de Santander a través de entrevistas personales con expertos y profesionales del área.
La disminución significativa de la actividad, el declive de los recursos marisqueros, el impacto del cambio climático, la contaminación del agua o los cambios en la composición de los fondos marinos son los factores más importantes que afectan al futuro de la actividad pesquera y marisquera y a su relación con el estuario.
El sector propone soluciones que van desde el control del furtivismo, la recuperación de las antiguas zonas de marisma, la gestión de especies invasoras, la implantación de medidas de control de vertidos y residuos o la colaboración con otros sectores para fortalecer la identidad del producto local y promover la sostenibilidad.
El sector de la pesca y el marisqueo en la Bahía ha experimentado una drástica disminución en las últimas décadas, con una reducción significativa en el número de licencias activas. En el año 1998, había aproximadamente 500 y actualmente hay menos de 50. La falta de relevo generacional y el declive de los recursos marisqueros son los principales factores que hay detrás de este problema.
En este sentido, se desconocen las causas exactas de dicho declive de los recursos, Los expertos han identificado una reducción en la población de almejas en su hábitat natural y aseguran que en la actualidad sólo crecen y se desarrollan en parques de cultivo protegidos, lo que plantea interrogantes sobre las razones que hay detrás de esta escasez de recursos en su entorno natural.
Cambio climático y contaminación
El cambio climático también está dejando su huella. El aumento de la temperatura del agua, especialmente en áreas exteriores del estuario, parece afectar negativamente al desarrollo del marisco.
Otro de los factores que contribuye a la merma de los recursos son los cambios en la composición de los fondos marinos, En la última década, se ha registrado un aumento de las arenas en algunas áreas, algo que dificulta el desarrollo de la actividad al alterar el hábitat natural de los moluscos, impidiendo su crecimiento.
En cuanto a cómo afecta la actividad del Puerto de Santander al sector, los profesionales reconocen que en la zona de ampliación actual hay “gran cantidad de recursos”, específicamente muergos, que se pueden ver afectados cuando se realizan los dragados necesarios para la expansión portuaria. A pesar de esta preocupación, también señalan que los actuales procesos de dragado no han ocasionado “problemas significativos de turbidez” que afecten de manera adversa a la actividad marisquera. Según los profesionales, esto se debe, en parte, a la implementación efectiva de medidas de prevención y control diseñadas para minimizar el impacto ambiental.
La existencia de fuentes de contaminación en la bahía de Santander y sus alrededores, tanto de vertidos puntuales como de contaminación difusa, representa un desafío constante, pues afecta a la calidad del agua y la salud de los recursos marinos, lo que plantea preocupaciones significativas para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad a largo plazo.
Propuestas y futuro del sector
Los profesionales de la pesca y el marisqueo proponen algunas soluciones para hacer frente a los retos actuales y futuros que incluye la necesidad de contar con un espacio específico en la lonja para el marisco y puntos de pesada para mejorar la comercialización y la trazabilidad de los productos, revertir la sedimentación de arenas en los páramos de la Bahía, especialmente en las zonas próximas a la desembocadura de la ría de Cubas, o un mayor control del furtivismo, en particular en la pesca de angula y la extracción de percebe, con énfasis en los controles nocturnos.
Mejorar la calidad del agua en algunos puntos críticos y establecer medidas para garantizar la navegación y el transporte, así como la seguridad en las aguas del estuario son otros aspectos que el sector señala que hay que abordar para lograr la sostenibilidad y la recuperación de la Bahía.
Soluciones para una gestión integrada
Las conclusiones alcanzadas con los profesionales de la pesca y el marisqueo, junto con las que se obtengan en otras sesiones de trabajo, serán un componente esencial para la elaboración del Diagnóstico Integrado de la Bahía de Santander. Esta evaluación, que incluirá también análisis técnicos exhaustivos, constituirá la piedra angular para desarrollar la propuesta de soluciones que aborden los desafíos identificados en la conservación y gestión sostenible del estuario.
El ‘Plan Bahía’ es un proyecto de investigación coordinado por el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria) y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Gobierno de Cantabria a través del Programa de Ciencias Marinas. Su objetivo es redactar el Plan de Gestión Integrada de la Bahía de Santander, que establecerá los mecanismos de colaboración y las medidas a implementar para que las instituciones que forman la Mesa de la Bahía puedan abordar las futuras actuaciones a desarrollar en el marco de un Plan Integral para la Gestión de la Bahía.