Aporte de IHCantabria a la comprensión científica sobre el fenómeno de las mareas: un viaje por las costas de Cantabria

Durante los días 18, 19 y 20 de septiembre, las costas del Cantábrico experimentaron el llamativo fenómeno natural de unas mareas astronómicas excepcionales. El Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria), informó oportunamente que, pese a la magnitud extraordinaria de estas mareas, el nivel total del agua del mar −suma de la marea astronómica y de la componente meteorológica− no alcanzaría valores extremos. Esto se debió a la concurrencia de las mareas con unas condiciones atmosféricas suaves, caracterizadas por la ausencia de borrascas o bajas presiones importantes.

Para algunas familias, esta ocasión fue una oportunidad única para conectar con la naturaleza. Un padre de Noja, por ejemplo, aprovechó la visita a la playa de Trengandín para enseñar a su hijo sobre la importancia de proteger las costas. Juntos construyeron con sus manos un muro de arena, simulando algunas de las soluciones basadas en la naturaleza que se analiza en instituciones como IHCantabria. Con gran entusiasmo, el padre explicaba a su hijo cómo la ingeniería puede aportar soluciones que ayudan a proteger las playas, y a mitigar los efectos del cambio climático, para adaptarlas mejor a fenómenos como las mareas registradas entre el 18 y 20 de septiembre. “Situaciones como esta nos recuerdan lo poderosa que es la naturaleza, pero también nos invitan a reflexionar en que, si actuamos a tiempo, realmente podemos adaptarnos y proteger nuestras costas”, comentó el padre, mientras jugaba con su hijo.

Del pasado miércoles al viernes, muchas personas acudieron con curiosidad para presenciar la bajamar y la pleamar a lo largo de las playas cántabras, ya que para esos días se esperaba que las mareas experimentasen subidas y bajadas de mayor magnitud de lo usual. Muchas cámaras apuntaban al horizonte, intentando inmortalizar ese momento único, especialmente durante la pleamar del 19 de septiembre. La cota máxima registrada ese día fue histórica, porque alcanzó hasta los 5.34 metros con respecto al nivel de referencia del Puerto de Santander (que equivale a 2.89 metros, respecto al nivel medio del Mediterráneo en Alicante), según datos aportados por el mareógrafo de Santander, procedente de la red de medidas REDMAR de Puertos del Estado. Ese valor, aunque elevado, no fue superior al registrado en septiembre de 2023 o en febrero de este año, gracias a las suaves condiciones meteorológicas de esta semana.

Lo ocurrido con las mareas de la semana anterior fue una experiencia visual impresionante y una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la investigación científica. Mientras capturaban imágenes en la zona costera, muchas personas hablaban sobre la necesidad de proteger el litoral y sobre lo oportuna que resultó la información proporcionada por IHCantabria a las autoridades encargadas de la planificación y gestión costera.

Eventos como éste son un recordatorio de la estrecha relación que existe entre el ser humano y su entorno costero. Gracias al trabajo de instituciones como IHCantabria podemos adelantar información sobre la llegada de estos fenómenos, con el fin de comprenderlos mejor y, sobre todo, de garantizar la protección de nuestras costas para las futuras generaciones.

Relevancia de las mareas en zonas costeras

Las mareas astronómicas son el resultado de la atracción gravitacional ejercida principalmente por la Luna y el Sol sobre los océanos, lo que genera ascensos y descensos predecibles en el nivel del mar. Cada mes, cuando estos dos astros están alineados, como ocurre en las fases de luna nueva y luna llena, se generan las denominadas mareas vivas, que suelen ser más pronunciadas durante los equinoccios de marzo y septiembre. Las mareas vivas son mareas astronómicas con una carrera de marea mayor que la media y suelen producirse, de forma más intensa, entre los meses de septiembre-octubre y febrero-marzo. Además, cada cierto tiempo, se produce una modulación de estas mareas, debido a pequeñas variaciones de las condiciones astrofísicas de la Tierra, la Luna y el Sol. Se destacan, por ejemplo, del ciclo perigeo cada 4,4 años, como consecuencia de cambios en la elíptica de la Luna o el ciclo nodal, cada 18,6 años, causado por cambios en la declinación de la Luna (ángulo entre el plano orbital lunar y el plano ecuatorial de la Tierra).

En la costa del Cantábrico, las mareas vivas pueden causar diferencias de nivel del mar superiores a 4.5 metros en unas horas (desde la bajamar hasta la pleamar de un ciclo de marea) y cotas máximas, durante la pleamar, superiores a 5.20 metros, teniendo como referencia el cero del Puerto de Santander.